La reunión de NanTroSEIZE reúne a un centenar de expertos en estudios del subsuelo y terremotos de 17 países

El proyecto persigue reconocer e identificar los “síntomas” que se dan en las grandes fallas sismogénicas antes de los grandes terremotos, para poder preverlos de forma precoz. Se instalaran sensores subterráneos a 6 mil metros bajo el fondo del mar, en la fosa de Nankai, donde se generan grandes terremotos que afectan a Japón. Es el objetivo más ambicioso planteado hasta ahora en tecnología de exploración del subsuelo marino con fines científicos.

 

NanTroSEIZE tiene como objetivo sondear la Tierra hasta profundidades en las que tienen lugar los procesos que desencadenan los terremotos y tsunamis que a menudo les suceden, e instalar instrumental para seguir “in situ” y en tiempo real esos procesos. Del 25 al 28 de septiembre, el Instituto de Ciencias del Mar, centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Barcelona, acoge la reunión científica del proyecto internacional NanTroSEIZE (Nankai Trough Seismogenic Zone Experiment), que forma parte del forma parte del Programa Integrado de Perforación Oceánica (IODP, por sus siglas en inglés).

La reunión, que contará con la asistencia de un centenar de expertos de 17 países, está organizada a nivel local por la investigadora del CSIC Belén Alonso, del Instituto de Ciencias del Mar, y por la investigadora del CSIC Mª José Jurado, del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera.

El proyecto NanTroSEIZE tiene como objetivo caracterizar la zona sismogénica de la fosa de Nankai, en la que se originan muchos de los grandes terremotos que afectan a Japón. En esta zona convergen dos placas tectónicas, a unos 100 kilómetros de la costa este de Japón.

Es en esta zona del subsuelo donde se generaron 2 importantes terremotos en 1944 (Tonankai) y 1946 (Nankai-do), de magnitud superior a 8 (escala de intensidad de Richter). Por los conocimientos científicos recogidos hasta la fecha, los expertos saben que se darán nuevos terremotos de magnitud superior a 8 en los próximos 30 años. Por ello se eligió esta área para la instalación de un observatorio, un laboratorio subterráneo con instrumental de medida.

Se trata del objetivo más ambicioso planteado hasta ahora en tecnología de exploración del subsuelo marino con fines científicos: sondear la Tierra hasta profundidades en las que tienen lugar los procesos que desencadenan los terremotos y tsunamis que a menudo les suceden, e instalar instrumental para seguir “in situ” y en tiempo real esos procesos.

Objetivo final: mejorar en la predicción de los terremotos

La reunión que se celebra ahora en Barcelona tiene como objetivo presentar los resultados de la investigación desarrollada en campañas de perforación desarrolladas en 2009. Dichas campañas tuvieron por objeto la preparación de la instalación de sistemas de sensores en sondeos en la zona de falla donde se generan los terremotos, en la región de Nankai. También la caracterización de la composición, estructura y propiedades de las rocas que se deforman por el avance de las placas en esta zona. Tal como explica Maria José Jurado, geóloga del CSIC, “el objetivo último del proyecto es aprender qué procesos están relacionados con el desencadenamiento de un terremoto y aprender de ellos para poder, en el futuro, mejorar en la previsión de los terremotos y tsunamis.” Se trata así, tal como ilustra esta experta, de observar, medir y aprender qué “síntomas” se dan en la propia zona de falla antes de un terremoto, “de la misma forma que en medicina se puede diagnosticar precozmente una enfermedad por sus síntomas”. De esta forma los científicos esperan identificar qué procesos preceden a un terremoto, cuánto tiempo pasa entre ellos y el terremoto, o predecir su inminencia.

Un laboratorio a 6000 metros de profundidad

Para ello, los investigadores medirán variables como la deformación, los pequeños movimientos sísmicos, cambios de fluidos, presiones y temperatura en una zona en que se localiza el hipocentro (o foco profundo) de grandes terremotos. La recogida de esos datos requiere perforar y atravesar la corteza terrestre, desde el lecho marino hasta llegar a la zona sismogénica, a miles de metros de profundidad (6.000-7.000 metros) e instalar ahí instrumental de medida, que quedará instalado permanentemente a modo de laboratorio subterráneo.

El proyecto se realiza en sucesivas etapas. En una campaña entre septiembre y febrero de 2008 se realizaron los trabajos correspondientes a la primera fase. Después, entre los meses de mayo y octubre de 2009, tuvieron lugar las perforaciones y estudios de la segunda fase del proyecto. Fue en dos expediciones con el Chikyu, el mayor buque oceanográfico de perforación del mundo, y se instalaron sensores, de forma experimental, en varios pozos en la fosa de Nankai donde la falla sismogénica es relativamente superficial (entre 6.000 y 7.000 metros de profundidad). Las perforaciones han llegado por el momento a más de 1.600 metros de profundidad bajo el fondo del mar. La reunión en Barcelona servirá para poner en común los resultados científico-técnicos relativos a esta segunda fase del proyecto NanTroSEIZE.

El Programa Integrado de Perforación Oceánica está integrado por 21 países: Japón, EEUU, China, Corea del Sur y los países del Consorcio Europeo para Investigación Oceánica (ECORD), entre otros. España participa a través del Ministerio de Educación y Ciencia, como miembro del consorcio ECORD.

Web del proyecto: Http://www.jamstec.go.jp/chikyu/eng/Expedition/NantroSEIZE/index.html