Estos microorganismos, adaptados a vivir en ambientes extremos y hostiles para la mayoría de los seres vivos conocidos, son una de las mayores fuentes de moléculas de interés biotecnológico. El CSIC organiza la reunión, que este año se centra en los retos a los que se enfrentan las empresas para desarrollar productos comerciales a partir de estas moléculas.
El Centro de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC organiza, los próximos 28 y 29 de octubre, la reunión de la Red Nacional de Microorganismos Extremófilos (REDEX 2010). Redex 2010 se celebrará en Santa Susanna (Girona) y reunirá tanto a científicos como a especialistas de empresas que están invirtiendo y desarrollando productos farmacológicos y biotecnológicos a partir de diferentes microorganismos y de síntesis química.
Los extremófilos son organismos que viven en ambientes en los que uno o varios de los parámetros ambientales de mayor relevancia para los seres vivos (temperatura, acidez, salinidad, presión o radiación) están a niveles hostiles para la vida. Hasta no hace mucho se creía que en estos ambientes extremos cualquier forma de vida era imposible.
Ahora se han podido describir en el laboratorio algunos centenares de especies de extremófilos. Entre ellos, los termófilos, que toleran temperaturas de hasta 115 grados C; los halófilos, que se desarrollan en salmueras; los piezófilos, capaces de crecer en las zonas abisales del océano, a presiones de hasta 1.100 atmósferas; los psicrófilos, que se reproducen a temperaturas inferiores a 5 grados C, los acidófilos, que viven en entornos muy ácidos (con un pH inferior a 5) o, al contrario, los alcalófilos, capaces de vivir en entornos muy alcalinos (con un pH superior a 9). La capacidad de adaptación de estos microorganismos radica en su capacidad de producir moléculas que les ‘protegen’ de esas condiciones adversas para cualquier otra forma de vida.
Emilio O. Casamayor, investigador del CSIC y organizador de REDEX 2010 explica que los microorganismos extremófilos que se han caracterizado hoy representan sólo una pequeña parte de los que pueden existir, y que “el potencial es enorme porque no tenemos ni una estimación aproximada de cuántas especies nuevas todavía nos faltan por descubrir, si miles de ellas o millones”. En cualquiera de los casos, se trata de organismos que en su evolución han generado una diversificación genética mucho más extensa que la observada en formas de vida aparentemente más complejas.
Los organismos extremófilos y sus proteínas y polímeros tienen aplicación en biotransformaciones industriales y en procesos de biorremediación. También constituyen modelos terrestres de posibles formas de vida en otros planetas (Exobiología) y son dianas buscadas en bioprospección. Ejemplos de estas moléculas son las proteínas "anticongelantes", que permiten a los organismos vivir en ambientes extremadamente fríos; enzimas capaces de transformar glúcidos complejos en "gasolina verde"; o moléculas marinas anticancerígenas.
Programa de la reunión en http://www.dicat.csic.es/programa_redex_2010.pdf
Libro de resúmenes de ponencias http://www.dicat.csic.es/redex2010_abstracts_book.pdf