El sondeo Almera-1, una ventana al subsuelo y a la evolución de la Tierra en el campus

El Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera del CSIC inicia una perforación para crear un observatorio en el subsuelo con el fin estudiar y monitorear datos geológicos y geofísicos. El sondeo, de hasta 200 metros de profundidad, extraerá muestras del subsuelo que pueden remontarse hasta más allá del Paleozoico, hace más de 360 millones de años.

Máquina perforando, en la sede del Institut de Ciències de la Terra El Instituto de Ciencias de la Tierra “Jaume Almera” del Consejo superior de Investigaciones Científicas (CSIC) está realizando una perforación al lado de su sede, en el campus universitario de Pedralbes de la Universidad de Barcelona.

Se trata de una perforación que llegará hasta los 200 metros de profundidad, un agujero con forma telescópica con un diámetro de 13 centímetros en su extremo superior y 7,6 centímetros en su extremo más profundo. Los trabajos de excavación, que han podido realizarse gracias a la colaboración de la Universidad de Barcelona, se prolongarán hasta mediados de agosto.

Maria José Jurado, geóloga del CSIC y directora de este particular proyecto, explica que el principal objetivo es crear un “observatorio en el subsuelo” que les permita monitorear de forma permanente aspectos geológicos, y experimentar la utilización de nuevas sondas geofísicas y sensores.

Maria Jose Jurado añade: “Utilizaremos sensores móviles y otros se instalarán de forma permanente en el sondeo para abordar estudios de ondas sísmicas, radioactividad natural del subsuelo, fluidos y circulación de fluidos en el subsuelo, entre otros aspectos. A esta profundidad las observaciones y medidas no están afectadas por perturbaciones que sí se dan en superficie, como ruido sísmico o radiación cosmogénica, lo que facilita una mejor percepción de los parámetros, el pulso, de la Tierra “.

Algo que hace a este sondeo único es que se ha preparado una instalación que permitirá operar, realizar y analizar las medidas on-line desde los laboratorios en el interior del Instituto Jaume Almera. “Hemos hecho una conexión directa subterránea para cables y alimentación de equipos. Cuando acabe la perforación, en la superficie sólo quedará una tapa metálica como las que hay por las calles”, detalla la investigadora del CSIC.

La perforación también les permite estudiar de qué forma están orientados los estratos, el empuje y las tensiones que hay en el subsuelo, y la orientación y comportamiento de las fallas que ya han atravesado.

Pero además, la excavación permitirá tener muestras del subsuelo que permitirán estudiar detalles de la evolución geológica de esta área. Concretamente, lo que se extrae es un testigo cilíndrico, una muestra continua de sedimento cuyos primeros metros son del Cuaternario (hasta hace algo más de un millón de años) y los últimos pueden ser de, al menos, el Paleozoico, un periodo que terminó hace unos 250 millones de años y empezó hace unos 750 millones de años. Es como abrir una ventana al pasado remoto y a la evolución de la Tierra en medio del campus universitario.

“A 50 metros”, puntualiza Maria José Jurado, “ya hemos alcanzado el Paleozoico y hemos atravesado zonas de falla. Todavía no hemos hecho determinaciones precisas pero ya estamos extrayendo rocas que pueden tener más de 360 millones de años. Y aún nos quedan 150 metros por perforar que son una incógnita para todos”.

Las muestras de roca extraídas se convertirán en un material de estudio muy interesante para paleontólogos, geoquímicos, petrólogos, hidrogeólogos, y estudios multidisciplinares en los que se integrará la información obtenida con sensores y sondas "in situ" en el subsuelo con los obtenidos a partir de las muestras ...

Una vez estudiadas, las muestras serán depositados en la Facultad de Geología de la UB y utilizadas en la docencia universitaria. Grupos de investigación nacionales y extranjeros colaborarán en la experimentación con nuevas sondas y sensores.

Blog del sondeo http://almera1.wordpress.com/sondeig-de-recerca/