Estudian la dinámica de las presiones en los acuíferos salinos para almacenar CO2

Científicos del CSIC y del Laboratorio Nacional de Berkeley han calculado cómo cambian las propiedades de los acuíferos y de las rocas sello arcillosas. Concluyen, en la revista PNAS, que si se cumple una serie muy estricta de criterios, el peligro de sismicidad inducida es improbable.

 

Tanques para almacenamiento temporal y planta experimental de inyección de CO2 en Hontomín, en la que se realiza parte de los experimentos del proyecto europeo Trust y Panacea.Una de las estrategias de lucha contra el cambio climático es el almacenamiento geológico del CO2 en acuíferos salinos profundos. Sin embargo, no está exenta de controversia. La opción preocupa por el posible riesgo sísmico, derivado de la presión que pueda ejercer el CO2, y el consiguiente riesgo de que se escapen las grandes cantidades de este gas almacenado de efecto invernadero.   

Un trabajo de Jesús Carrera, científico del CSIC en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios Del Agua (IDAEA) y Victor Vilarrasa, del Lawrence Berkeley National Laboratory (EE.UU), concluye que si se sigue una serie muy estricta de criterios, entre los cuales están el evitar las zonas sísmicamente activas, ese peligro es improbable.

Los científicos, que publican esta semana su trabajo en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), han calculado cómo cambian las propiedades de los acuíferos salinos y de las rocas sello arcillosas (que sellarían estos depósitos). La roca sedimentaria, en la que se propone ubicar los depósitos de CO2, es más blanda y moldeable y, frente al cambio de presión, tiene tendencia a plegarse. Por eso, dicen los científicos, raramente está bajo una presión geológica crítica. En cambio, las rocas cristalinas, de gran dureza, se fragmentan con más facilidad en situaciones de presión geológica, por lo que no deberían tocarse.

Además, la dinámica de las presiones durante la inyección del dióxido de carbono sugiere que el estado menos estable es al principio de la inyección, y que la sobrepresión decrece con el tiempo, a medida que el dióxido de carbono se disuelve en la salmuera. Incluso en el caso de que la sobrepresión activara las fallas, el alto contenido de arcilla que llevarían las capas de sellado, haría que las fracturas se volvieran a cerrar.

“Si los depósitos de dióxido de carbono son adecuadamente seleccionados, y gestionados, la sismicidad inducida es improbable”, dice Jesús Carrera, del IDAEA-CSIC. “Por ello, la opción de almacenar el CO2 es viable para reducir el efecto invernadero hasta que las energías renovables puedan sustituir a los combustibles fósiles en la producción masiva de energía”.

Este trabajo se ha realizado en el marco de los proyectos europeos ‘TRUST’ (trust-co2.org) and ‘PANACEA’ (www.panacea-co2.org).


Victor Vilarrasa and Jesus Carrera.  Geologic carbon storage is unlikely to trigger large earthquakes and reactivate faults through which CO2 could leak. PNAS. doi: 10.1073/pnas.1413284112