La Fundación Gordon y Betty Moore invierte 8 millones de dólares para acelerar el desarrollo de nuevas herramientas en la microbiología marina. Elena Casacuberta e Iñaki Ruiz-Trillo, del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF), serán los encargados de caracterizar algunos de los microbios.
- Es una oportunidad para poder desarrollar proyectos de alto riesgo que difícilmente encontrarían financiación por los canales estándar
La Fundación Gordon y Betty Moore invertirá ocho millones de dólares a nivel mundial durante los próximos dos años para acelerar el desarrollo de organismos modelo en ecología microbiana marina. La iniciativa une el esfuerzo de más de 100 científicos repartidos en 33 instituciones.
Entre los proyectos seleccionados, está el de Iñaki Ruiz Trillo y Elena Casacuberta, del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF), que ha sido dotado con más de 100.000 euros para estudiar como introducir ADN dentro de algunos de los microbios menos conocidos pero con más potencial ecológico y evolutivo: filastereans, ichthyosporeans y corallochytreans.
Las herramientas genéticas generadas permitirán a los investigadores modular más fácilmente la actividad de los genes de estos microbios. Según Casacuberta, “sin estas herramientas no podemos acabar de entender la importancia de estos organismos dentro de los ecosistemas marinos, ni podemos intentar desplazar su equilibro con fines medioambientales”. Se prevé que los resultados de este proyecto permitirán comprender más a fondo la diversidad morfológica de estas células, y que las herramientas serán aplicables a otros tipos celulares.
"Estos organismos ayudan a dirigir el ciclo del carbono del planeta. Con el océano cambiando rápidamente, necesitamos más herramientas para poder comprender la biología básica de los microorganismos. Si la lográramos descifrar, podríamos extender el conocimiento desde el nivel molecular a toda la tierra", señala Peter von Dassow, del Instituto Milenio de Oceanografía de Chile. "Esta es una oportunidad importante para hacer realidad la investigación de alto riesgo para la cual difícilmente se podría conseguir financiación por los canales tradicionales, y tiene el potencial de tener un gran impacto. Si conseguimos al menos un buen modelo, será un paso muy importante", agrega.
Los organismos modelo, como la bacteria intestinal E. coli para la microbiología y la mosca de la fruta para la biomedicina, han sido de gran valor para descifrar la biología compleja. Por ejemplo, mediante el estudio de las moscas de la fruta, los científicos han descubierto los mecanismos hereditarios de los rasgos humanos, como el color de los ojos. En cambio, en el mundo de la ecología microbiana marina hay muy pocos sistemas modelo y herramientas asociadas. Estos permitirían a los científicos explorar profundamente la fisiología, la bioquímica y la ecología de los microbios marinos, que son factores clave en los ciclos elementales del océano, los niveles de gases invernadero, y las redes tróficas marinas.
Actualmente, los investigadores tienen acceso a herramientas biológicas muy potentes para ayudarles a entender el océano, como la microscopía y la secuenciación del ADN. No obstante, no disponen de herramientas genéticas esenciales para desarrollar modelos sólidos. Sin estas herramientas, es muy difícil vincular genes específicos al comportamiento celular o determinar cómo los microbios interactúan con su entorno y con los demás organismos, información crítica para comprender cómo funcionan los ecosistemas oceánicos.
Enlaces:
Fundación Gordon y Betty Moore https://www.moore.org/
Páginas de Iñaki Ruiz-Trillo y Elena Casacuberta en el Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF)
http://www.ibe.upf-csic.es/people/Permanent_Senior_Researchers/ruiztrillo.html
http://www.ibe.upf-csic.es/people/Permanent_Senior_Researchers/casacubertaelena.html