Los cambios climáticos de hace más de cien mil años, más extremos que los actuales y comparables a lo que se espera para finales de siglo

Un equipo, con participación del CSIC, consigue un registro detallado de cómo fueron los cambios climáticos en el Último Interglacial, con una resolución temporal secular, es decir, a escala humana. El estudio revela que se dieron siete eventos áridos, de unos seis a ocho siglos de duración cada uno, en el sur de Europa.

• El análisis de sedimento marino del Margen Ibérico y de estalagmitas de una cueva del norte de Italia, permiten averiguar cómo cambiaron la temperatura del mar, la vegetación y la pluviosidad
• El estudio de la variabilidad natural del clima en condiciones relativamente cálidas es crucial para conocer cómo puede evolucionar el clima en aumentar las emisiones de CO2

El gráfico muestra los siete eventos áridos (las bandas grises), que sucedieron en el último Interglaciar, con las curvas de cambios de vegetación, precipitaciones, temperatura superficial del océano,  y transporte de calor tropical. El último evento y más largo, hace unos 115.300 años, es el que está más a la izquierda.

Investigadores de doce instituciones, entre ellas el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Aguaa (IDAEA) del CSIC, proporcionan datos nuevos sobre los cambios climáticos durante el Último Interglacial, periodo que comenzó hace 129.000 y finalizó hace 116.000 años.

El trabajo, dirigido por el University College de Londres, ofrece datos detallados de los cambios en la vegetación, la temperatura de los océanos y en el registro de lluvias en el Atlántico Norte y el sur de Europa. Los resultados se han publicado en Nature Communications.

El estudio revela que en el Último Interglacial se dieron siete eventos áridos, de unos seis a ocho siglos de duración cada uno, en el sur de Europa. Estas sequías coincidieron con la llegada de masas de agua fría en el Atlántico Norte, que debieron interrumpir la corriente termohalina de agua oceánica del Atlántico relacionado con la corriente del Golfo.

El primero de estos eventos sucedió hace 126.000 años y el último hace 115.300 años. Estos nuevos datos arrojan luz sobre el momento, extensión y origen de estas oscilaciones climáticas, hasta ahora no caracterizadas con esta precisión.

Una "piedra de Rosetta" del clima

Los investigadores han analizado polen fósil (a la izquierda) y alquenonas, del  sedimento marino, y estalagmitas formadas hace miles de años, de la cueva de Corchia, en Italia (dereccha). Créditos de las imágenes: Polen fósil (V. Margari, P.C. Tzedakis, University College London) / Estalagmitas (R.N. Drysdale, University of Melbourne & Savoie Mont Blanc) Para evitar incertidumbres en las dataciones, los investigadores han utilizado un testigo sedimentario marino, extraído en 2001 del Margen Ibérico del océano Atlántico y que es como una "piedra de Rosetta" estratigráfica del clima.

Este testimonio contiene polen que se fue transportando desde el río Tajo hasta las profundidades del mar a lo largo de miles de años. El análisis de este polen ha permitido averiguar los cambios en la vegetación del continente. Por otra parte, el testigo también contiene alquenonas, compuestos fósiles derivados de plantas marinas y que revelan la temperatura del mar en la que vivían las plantas.

Mediante el análisis de estos fósiles diferentes en el mismo sedimento, los científicos han podido hacer una comparación directa de los cambios en la vegetación del continente, la vegetación del océano y la temperatura del océano.

Los cambios en la vegetación en el continente, causados principalmente por las variaciones en la cantidad de lluvia, se compararon, además, con los cambios de pluviosidad observados en estalagmitas de la cueva de Corchia, en el norte de Italia. "Este registro es particularmente importante porque se basa en una datación radiométrica muy detallada que utiliza isótopos de uranio, y proporciona una de las mejores cronologías disponibles para este periodo", detalla Joan Grimalt, profesor de investigación del CSIC.

La vinculación del registro del sedimento marino con el de Corchia permitió situar los cambios climáticos en el Atlántico norte en un marco cronológico detallado, a la escala de siglos.

Eventos áridos en el sur de Europa

Así, el estudio revela que el Último Interglacial se vio alterado por hasta siete eventos áridos en el sur de Europa, el primero de los cuales tuvo su punto álgido hace 126.00 años, y los otros, respectivamente, hace 124.900 años, 123.100 años, 121.400 años, 119.100 años, 117.200 años y 115.300.

El evento que marcó la finalización del Interglacial ocurrió hace 115.300 años y es comparable al período frío que concluyó hace no más de dos siglos y que llamamos la Pequeña Edad de Hielo (entre el siglo XII y el XIX).

"Cuando hemos estudiado las causas de este tipo de variabilidad climática hay muchos factores que influyen, como la actividad volcánica o los cambios de vegetación, entre otros pero lo que está claro es que el océano tiene un papel esencial porque, debido a su inercia, integra y memoriza cambios rápidos y los mantiene en el tiempo", explica Belen Martrat, coautora del trabajo e investigadora Ramón y Cajal del CSIC, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua.

Estos eventos vienen precedidos del incremento de temperaturas en latitudes altas, que funden el hielo de Groenlandia. "El agua dulce resultante se vertió al mar y debilitó la circulación termohalina del Atlántico, por lo que las corrientes del trópico se frenaron, no llevaban calor en Europa y ésta entró en un periodo frío y árido", continúa la investigadora.

Los datos también muestran que la amplitud y los efectos de los cambios del Último Interglacial fueron mayores que los que se han observado en el Atlántico norte y sur de Europa en los últimos 11.600 años, el interglacial actual, el Holoceno.

Un escenario para comparar

El Último Interglacial es muy interesante porque se produjo un episodio de calentamiento intenso del Ártico, con temperaturas del aire en la superficie de entre 3º y 11° C por encima de las que se daban en condiciones preindustriales. Es una situación comparable a los posibles escenarios de calentamiento en latitudes altas previstos para finales de este siglo.
Por esta razón, se estudia qué pasó entonces, porque puede dar pistas de lo que puede pasar en el planeta ahora si se dan los aumentos de temperatura previstos por los diferentes escenarios de cambio climático.

"El Último Interglacial", dice Joan Grimalt, "no es un análogo estricto de cambios futuros impulsados por la acción humana pero muestra sucesos climáticos, a escala de siglo, que son de mayor inestabilidad que los del presente, con efectos en la capa de hielo ártico y la dinámica del océano que deben ser tenidos en cuenta".

Enhanced climate instability in the North Atlantic and southern Europe during the Last Interglacial,  P.C. Tzedakis et al.  Nature Communications, doi: 10.1038 / s41467-018-06683-3 https://www.nature.com/articles/s41467-018-06683-3