La eficacia de las mascarillas, cada vez más populares entre los ciclistas y corredores urbanos, depende más de su ajuste que del material. Los resultados del estudio se presentaron ayer en un acto organizado por el Bicicleta Club de Catalunya (BACC).
Un trabajo dirigido por científicos del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Aguda (IDAEA) del CSIC ha evaluado la eficacia de las mascarillas para evitar la exposición personal a contaminantes. Realizado con la colaboración del Bicicleta Club de Catalunya (BACC), el estudio concluye que la eficacia depende no tanto del material sino de cómo se ajusta la mascarilla al rostro.
“El mejor material no sirve para nada si la mascarilla no ajusta bien, porque entonces hay fugas”, explican Fulvio Amato y Xavier Querol, investigadores del IDAEA-CSIC y directores el estudio. Actualmente, la certificación que llevan las mascarillas es, de hecho, del filtro que incorporan, pero no de la mascarilla y su diseño en conjunto.
Y el problema de las mascarillas, dice Fulvio Amato, son las fugas si no se ajusta bien. “En la vida real cada rostro es diferente, por lo que el ajuste de la mascarilla varía de una persona a otra”, añade.
No obstante, el estudio arroja unas cifras aproximadas. El uso de mascarilla, dicen los autores, reduce la exposición a la contaminación por PM2.5 en un 43%. La eficacia es menor en el caso del carbono negro o partículas ultrafinas, que las mascarillas sólo consiguen reducir en un 15-20% de media porque se trata de partículas mucho más pequeñas que las PM2.5.
Los resultados varían de una mascarilla a otra. Para cada contaminante analizado, la mejor eficacia se ha encontrado siempre en la misma mascarilla que, de hecho, no es la más cara.
Los científicos han probado hasta 9 mascarillas de coste bajo y medio. Las han probado sobre maniquíes, con un conducto en la boca, el cual a su vez estaba conectado a una bomba de aspiración que permitía ajustar la frecuencia de respiración. De esta forma se simulaba las diferentes tasas respiratorias. El experimento se realizó en una zona de Barcelona con una densidad de tráfico normal.
De cara a los usuarios, los científicos recomiendan “buscar la mascarilla que mejor se ajuste al rostro y que tenga certificación EN149 y válvulas de exhalación que faciliten la salida del aire”. Y recuerdan que, de todas, formas, la mascarilla es una ayuda pero no la solución. “La solución es reducir las emisiones. La mascarilla dificulta la respiración y al cabo de media hora uno se cansa de llevarla”, apunta Fulvio Amato.
Los resultados de este trabajo, presentado ayer en Barcelona, se publicaron recientemente en la revista Science of the Total Environment.
A. Pacitto, F. Amato, A. Salmatonidis, T.Moreno, A. Alastuey, C. Reche, G. Buonanno, C. Benito, X. Querol. Effectiveness of commercial face masks to reduce personal PM exposure. Science of the Total Environment, https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2018.09.109
Mercè Fernandez Via / Unidad de Comunicación