Un equipo liderado por el CSIC halla un conjunto de figuritas de sílex que representa la figura humana de una forma desconocida hasta la fecha, y que podrían ayudar a entender la revolución artística y cultural del Neolítico. Tienen entre 9000 y 10000 años, y fueron halladas en una zona de enterramientos, en Kharaysin (Jordania). Fueron usadas en rituales funerarios, que implicaban la exhumación, manipulación e inhumación de los cuerpos. En el Neolítico, la representación de la figura humana empezó a ser común, pero las razones de este cambio cultural se desconocen.
Las figuras con forma humana empezaron a ser comunes en el Neolítico temprano, hace unos 9.000 años, aunque su significado y función no han sido esclarecidos totalmente. Anteriormente, lo más común eran la iconografía de animales, con muy pocas excepciones, como las Venus paleolíticas.
Un equipo liderado por científicos del CSIC de la Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades (IMF) ha hallado figuritas con forma humana hechas de sílex que fueron usadas para rituales funerarios neolíticos. Es un tipo de estatuilla que nunca se había visto, que puede arrojar luz sobre el nacimiento de los rituales funerarios, la conciencia de comunidad, y sobre las ceremonias de recuerdo de los difuntos. Los resultados del trabajo se publican en la revista Antiquity.
Las figuritas, varias decenas, tienen una antigüedad de entre 9000 y 10000 años, y fueron halladas en la excavación de Kharaysin, en Jordania. El hallazgo tiene dos novedades: por un lado, el material y el soporte, lascas y láminas de sílex, normalmente asociadas a la producción de herramientas cotidianas. Hasta ahora, todas las figuritas halladas estaban hechas de arcilla o, más raramente, de hueso. La segunda novedad es la función simbólica funeraria que parece que tenían. Y es que la mayoría de ellas se hallaron en una zona de enterramientos, un cementerio neolítico con indicios de rituales.
Ceremonias y rituales habituales en el Neolítico
El lugar donde se hallaron la mayoría de ellas contiene siete tumbas originales. Juan José Ibañez, científico del CSIC e investigador principal del trabajo, explica que "hay señales de que algunas de las tumbas fueron abiertas tiempo después del entierro y de que los huesos fueron extraídos, manipulados e inhumados nuevamente". En un caso, el cráneo fue extraído de la tumba. Otro de los cuerpos fue desenterrado de algún otro lugar y enterrado nuevamente en esta área. Este tipo de ritual no era extraño en el Neolítico.
Las figuritas de Kharaysin estaban dispuestas alrededor de los restos humanos. Todo ello apunta a que tenían un "significado funerario y que fueron usadas en rituales de recuerdo". Esta es, afirman, la explicación más plausible.
Las figuras tienen un tamaño de entre 2 y 5 centímetros y forma alargada. Todas presentan dos muescas en cada lado, arriba y abajo, que corresponden a la forma del cuello y la cintura. "Cuando analizamos la forma, fue evidente que esas muescas no habían sido usadas para un sistema de ligadura, ya que en el extremo opuesto del objeto de sílex no hallamos áreas activas cortantes", explica Ferran Borrell, científico del CSIC en la Institución Milà i Fontanals de Investigación en Humanidades. Éste y otros detalles les hicieron descartar el uso de estos objetos como herramientas.
Entonces surgió la idea de que podrían estar representando siluetas humanas, algo que al principio se consideró "con escepticismo". Pero la aparición de indicios, como los diversos tamaños y morfologías y, sobretodo, la similitud de su forma con las esculturas humanas neolíticas encontradas en el yacimiento cercano de Ain Ghazal , confirmó que representaban formas humanas.
"La diversidad en las formas es intrigante. El conjunto presenta dos tipos de contornos, uno más irregular y el otro más delgado. Algunas figuritas son más grandes que otras, unas son simétricas y otras asimétricas, y algunas incluso parecen tener algún tipo de atractivo... ¿Los creadores de las figuras estaban pensando en individuos específicos?", se preguntan los científicos. De cualquier forma, todo indica que "los primeros agricultores usaron estas estatuillas para expresar creencias y sentimientos, y para mostrar su apego a los fallecidos", dicen los autores.
"Nuestro estudio muestra que los primeros granjeros llevaron a cabo rituales de memoria alrededor de los cementerios donde no solo se volvieron a abrir tumbas y se manipularon y volvieron a depositar huesos humanos, sino que también se hicieron y depositaron figurillas de sílex que representaban al difunto. Este comportamiento sugiere que las creencias relacionadas con la vinculación con los fallecidos fueron ampliamente compartidas por todos los miembros de la comunidad que participaron en los rituales de recuerdo.
La figura humana, una revolución artística y cultural del Neolítico
La representación de la forma humana en los objetos de la Prehistoria y especialmente en el Neolítico es un asunto enigmático para la arqueología. En el Paleolítico, hace entre 35.000 y 15.000 años de años atrás, aparecieron las "venus", estatuillas que representaban el cuerpo femenino.
Pero estas "venus" son una excepción en una iconografía dominada por las figuras animales, como se puede observar, por ejemplo, en la cueva de Altamira. El porqué de las escasas representaciones humanas es un misterio. No fue hasta el Neolítico, una época revolucionaria con la aparición de la agricultura y la ganadería, que la representación del cuerpo humano empezó a hacerse común. La razón de este cambio artístico y cultural no está esclarecida. Por eso, trabajos como este despiertan un gran interés para la comunidad científica.
En el estudio, liderado por el CSIC, ha participado científicos de la Pontificia Facultad de San Esteban de Salamanca, de la Université Paul Valéry (Francia); de la Durham University (Reino Unido); de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; de la Universidad de Cantabria; de la Universitat Autònoma de Barcelona; y de la Universidad de Burgos. La investigación ha sido financiada por la Fundación Palarq, el CSIC y por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Flint ‘figurines’ from the Early Neolithic site of Kharaysin, Jordan - Juan José Ibáñez, Juan R. Muñiz, Thomas Huet , Jonathan Santana, Luis C. Teira, Ferran Borrell, Rafael Rosillo & Eneko Iriarte https://doi.org/10.15184/aqy.2020.78
Mercè Fernandez Via / Comunicación CSIC en Cataluña