El ADN antiguo de 111 restos indica que hace 4.000 años se produjo una entrada repentina de caballos domésticos a estas regiones, probablemente desde las estepas euroasiáticas. El trabajo, con participación de una investigadora del CSIC, refuta la hipótesis de que la domesticación comenzó hace unos 5500 años de forma independiente en estas regiones.
¿Dónde tiene sus orígenes el caballo doméstico? Se sabe que la doma del caballo surgió hace unos 5500 años pero no se conoce exactamente el lugar ni de qué forma se dispersaron. Una de las hipótesis es que la doma se inició en Anatolia y en el sur del Cáucaso, y desde allí se dispersaron los caballos domésticos a otros lugares. No es, sin embargo, la única hipótesis ni tampoco se han hallado, hasta ahora, evidencias suficientes para demostrarla o refutarla. Además, sólo queda una subespecie que pueda arrojar pistas genéticas, la Asian Przewalski, el único descendiente vivo de los caballos previos a la domesticación.
Ahora, un trabajo científico publicado en Science Advances, invalida esta hipótesis, tras analizar restos de 111 caballos, hallados en 14 yacimientos de aquellas áreas. Las muestras cubren unos 9000 años de historia de la humanidad: desde las más antiguas, que se remontan a 11000 años atrás, hasta las más recientes, del 1700 aproximadamente.
Silvia Guimaraes, primera autora, actualmente investigadora del CSIC en la Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades en Barcelona y, en el momento de realizar el trabajo, científica del Instituto Jacques Monod, del CNRS francés, lo explica: “Nuestros resultados contradicen de forma contundente la hipótesis de que la domesticación de caballos se dio de forma independiente en Anatolia. Nuestra conclusión es que al principio de la Edad de Bronce (hace 3700 años) hubo en Anatolia y en el sur del Cáucaso una importante entrada de caballos domésticos provenientes de las estepas euroasiáticas y, tras ello, la población local cambio rápidamente la práctica de la caza de caballos por la cría de caballos”.
En el trabajo, que está liderado por los científicos Eva-Maria Geigl y Thierry Grange, del Instituto Jacques Monod, los científicos han realizado análisis genéticos y filogenéticos a partir del ADN mitocondrial de las muestras, lo que les ha permitido identificar los diferentes linajes matriarcales a lo largo de esos años.
Asimismo, han combinado la clasificación morfológica de los restos equinos con el análisis del ADN mitocondrial, los marcadores del cromosoma Y, así como los marcadores autosomáticos del ADN que están relacionados con la pigmentación del pelaje del caballo o capa.
Cambio en la diversidad genética
Gracias al ADN mitocondrial, los científicos han descubierto que hace 11000 años y hasta hace 4000 años, en Anatolia y el sur del Cáucaso dominaban dos haplogrupos de caballos (dos linajes matriarcales, bautizados como “P” y “X”) que tenían un pelaje de color pardo. Estos haplogrupos, dicen los científicos, “son la marca mitocondrial de los primeros caballos salvajes cazados en Anatolia”.
Sin embargo, los restos de hace 4000 años y hasta el 1700 revelan que en la misma área geográfica ya no dominaban esos dos linajes X y P, sino que existían hasta 13 linajes matriarcales de caballos. Ese aumento drástico en la diversidad genética se ve reflejado en una gran variedad en la pigmentación, con capas de color pardo, castaño, leopardo, gris, negro… Esta evolución genética, dicen los autores, sólo puede explicarse por la entrada de caballos de otras áreas.
“Nuestra conclusión es que los haplogrupos P y X evolucionaron de forma independiente en Anatolia, y que no se dispersaron hacia áreas vecinas, probablemente por el obstáculo que suponían las barreras geográficas”. De hecho, explican, estos haplogrupos no se han vuelto a encontrar, hasta ahora, en ningún resto de otras partes de Eurasia ni en caballos actuales. En cambio, todos los linajes identificados en las muestras posteriores, los restos de hace 4000 años y hasta el 1700, sí que han sido identificados en caballos posteriores y actuales en el sureste de Europa y Kazajstán.
Esta repentina aparición de linajes alóctonos coincide con la aparición de evidencia iconográfica y epigráfica de caballos y equitación a fines del tercer milenio aC. Todo esto refuerza la idea de que hubo importaciones sustanciales de caballos domésticos y contradice la hipótesis de un proceso de domesticación local independiente en Anatolia y el sur del Cáucaso.
“Hemos identificado un patrón de cambio genético que no refleja un proceso gradual que involucra a la población local, sino más bien una aparición repentina en aquella zona, hace unos 4000 años, de linajes no locales que todavía están presentes en los caballos actuales".
Por otro lado, el trabajo puede ser útil para comprender mejor la variación genética en los caballos, ya que permite un uso más eficiente de las pruebas genéticas para mejorar el rendimiento de los caballos y reducir sus enfermedades.
El origen de la domesticación del caballo es una cuestión que sigue abierta para los científicos. Ya se han realizado varios estudios paleogenéticos, pero aún no hay conclusiones definitivas. Al eliminar Anatolia, la atención se dirige más a las regiones adyacentes del mar Negro.
En el trabajo han participado además la Universidad de Carolina del Norte (EEUU); el Instituto de Paleoanatomía de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich (Alemania); la Universidad de Chicago (EEUU); la Universidad de Groningen (Países Bajos); la Universidad de Columbia (EEUU); la Real Academia de Ciencias de la República de Armenia; y la Universidad de Tübingen (Alemania).
Artículo de referencia:
Ancient DNA shows domestic horses were introduced in the southern Caucasus and Anatolia during the Bronze Age. Silvia Guimaraes, Benjamin S. Arbuckle, Joris Peters, Sarah E. Adcock, Hijlke Buitenhuis, Hannah Chazin, Ninna Manaseryan, Hans-Peter Uerpmann, Thierry Grange, Eva-Maria Geigl. Science Advances.
Mercè Fernandez Via / CSIC Comunicación Cataluña