Investigadores del Instituto de Ciencias del Mar estudian la falla submarina de Al-Idrissi

Esta falla es la causante del terremoto más grande de la época moderna en el Mar de Alborán. Desplegaran una red de sismómetros submarinos que durante tres meses registrarán la sismicidad. También cartografiarán los cambios ocurridos en la falla causados ​​por el seísmo.

 

Equipo científico de la campaña Al-Idrissi 2016 antes de zarpar de puerto de Vigo a bordo del BO Sarmiento de Gamboa. A la izquierda de la imagen està Jalil Lbadaoui, científico de la Univ Mohamed V de Marruecos; el tercero por la izquierda es  Ingo Grevemeyer, responsable de los OBS y del equipo de IFM-GEOMAR (KIel. Alemania), y a la derecha de la imagen el jefe de campaña Cesar R. Ranero (ICM-CSIC). Los acompañan dos técnicos de IFM GEOMAR y la investigadora postdoctoral del ICM-CSIC Estela Jiménez.Durante la noche del pasado 25 de enero de 2016, un terremoto submarino de magnitud (Mw) 6.4 con epicentro al sur del Mar de Alborán, sacudió el norte de la costa de Marruecos, a 42 km de Alhucemas, afectando seriamente la ciudad de Melilla así como numerosas localidades del sur de la Península Ibérica. Este terremoto ha sido el más grande de los registrados en el Mar de Alborán. El seísmo estuvo precedido el día 21 de enero por un terremoto de magnitud 5.1 en la misma zona epicentral, y fue seguido por una serie de fuertes réplicas las localizaciones de las cuales han ido migrando de zona con el tiempo.

Todas estas observaciones en conjunto (premonitores, migración de las réplicas, réplicas lejanas) parecen indicar que el terremoto ha podido romper segmentos de falla adyacentes y, por tanto, no es descartable que se pueda producir una rotura aún mayor en el futuro.

La estructura generadora de este sismo es la falla de Al-Idrissi, bien conocida por los científicos del grupo "Barcelona Centre of Subsurface Imaging" (B-CSI) del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC. Desde hace más de seis años, el equipo dirigido por Eulalia Gracia Mont ha cartografiado y caracterizado la falla Al Idrissi en el marco de los proyectos y campañas EVENT-DEEP, TOPOMED-Leg1 y SHAKE. Esta falla, formada por 3 segmentos, es una estructura tectónica activa de desplazamiento horizontal y más de 100 km de longitud, localizada en la parte central del Mar de Alborán.

El sismo de magnitud 6.4 se generó en la intersección de los segmentos más meridionales, propagándose principalmente hacia el Sur. Además, la región del norte de Marruecos ya ha sido testigo de grandes terremotos recientes, como los sismos de Alhucemas de 1994 y 2004, este último causante de daños muy severos produciendo un total de 629 víctimas y más de 15.000 personas perdieron la su hogar.El científico marroquí Jalil Lbadaoui junto a los sismómetros de fondo oceánico (OBS) listos para lanzarlos al mar y monitorizar la sismicidad de la falla de Al-Idrissi.

Actualmente la monitorización de la sismicidad con estaciones sísmicas terrestres cercanas a la zona no es óptima, ya que los epicentros ocurren en el mar. Para ello es necesario el despliegue de sismómetros de fondo marino (OBS, de Ocean Bottom Seismometer, en inglés), para seguir la evolución de la sismicidad e identificar con precisión qué segmentos de la falla o fallas han roto durante el terremoto.

Con este objetivo un equipo del "Barcelona Centre of Subsurface Imaging" (B-CSI) del ICM-CSIC ha zarpado el pasado 11 de septiembre desde Vigo hasta la zona del epicentro a bordo del buque del CSIC "Sarmiento de Gamboa ". El equipo está liderado por César R. Ranero y cuenta con colasboradores del centro IFM-GEOMAR (Alemania), del Instituto de Ciencias de la Tierra "Jaume Almera" (CSIC) y de la Universidad Mohamed V (Marruecos).

Durante la campaña se desplegará una red de 10 sismómetros submarinos, los cuales registrarán durante tres meses la sismicidad de la zona (Figura 1), y proporcionarán información sobre la estructura superficial y profunda del margen, así como la geometría de la estructura causante de estos seísmos.

A finales de diciembre zarparán de nuevo, con el buque oceanográfico "Ángeles Alvariño" del Instituto Español de Oceanografía, para recoger los instrumentos con los datos registrados. Asimismo, se obtendrá una cartografía de detalle de la falla utilizando las ecosondas multihaz del barco, que será de utilidad para comparar el relevo anterior y posterior al terremoto y analizar así los posibles cambios del relieve del fondo marino.

"La batimetría de detalle posterior al sismo nos permitirá compararla con la adquirida anteriormente, una batimetría de ultra-alta resolución adquirida mediante vehículos autónomos submarinos (AUV). La comparación nos permitirá evaluar si se han producido rupturas de falla en superficie o si se han desencadenado deslizamientos submarinos asociados ", explica Eulalia Gracia.

Esta iniciativa está coordinada con el Instituto Geográfico Nacional (IGN), que está a cargo de la Red Sísmica Nacional y que se beneficiará de los nuevos datos adquiridas por esta red de sismómetros submarinos.