Un estudio, publicado en la revista “Journal of Sismology", ha analizado las señales sísmicas provocadas por los toques de campanas utilizados para marcar las horas en iglesias de Grecia, Francia, Italia y España. El estudio, realizado por el investigador del CSIC Jordi Diaz, muestra algunos de los diferentes patrones con los que se indica la hora mediante campanas en estos países del arco mediterráneo. Los registros sismícos 'accidentales' de las campanas también podrían usarse para estudiar posibles variaciones de las propiedades del subsuelo, tal como se hace con el ruido sísmico ambiental.
Un estudio realizado por Jordi Diaz, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA-CSIC), ha comparado las diferentes formas de dar la hora de campanarios de varios países europeos a partir de los datos registrados por sismómetros instalados en las cercanías de edificios religiosos. El trabajo, publicado en la revista ‘Journal of Seismology’, describe las características de los registros sísmicos provocados por las campanadas horarias de cuatro iglesias de Grecia, Francia, Italia y España y muestra las diferencias que existen entre ellos.
Según Jordi Díaz, el estudio quiere "mostrar que se pueden construir puentes entre disciplinas científicas muy distintas, como la sismología y las ciencias sociales, dando la posibilidad de utilizar datos sísmicos para estudiar temas de interés etnográficos, como la manera de marcar el paso del tiempo en las diferentes cultura europeas".
El "accidental' registro de las campanadas en los sismómetros
Los sismómetros, que son aparatos altamente sensibles, se instalan normalmente en entornos tranquilos para garantizar que la señal sea lo más "limpia" posible. Las iglesias de pueblos pequeños son, por lo general, lugares idóneos para la instalación de los aparatos. Sin embargo, las vibraciones producidas por el toque de las campanas se suelen registrar en el sismómetro y pueden afectar de forma importante a la calidad de los datos.
"La señal registrada en estos casos tiene mucho contenido de altas frecuencias, lo que parece indicar que el origen de este tipo de señales es la conversión de las ondas acústicas en vibración cerca del sismómetro y no las oscilaciones que se producen en el campanario”, explica Jordi Díaz.
Fue durante el despliegue de estaciones sísmicas realizado durante el proyecto TopoIberia-Iberarray (2007) cuando se despertó el interés de Jordi Díaz por el análisis de la señal sísmica originado por el toque de campanas.
"Una de las estaciones se instaló en la iglesia de Santa María de Montmagastrell en la provincia de Lleida, donde se nos había dicho que no sonarían las campanas. Pero pronto comprobamos que no era así. Al mirar los registros vimos claramente la señal producida por el toque de las campanas. A lo largo de los años, he ido descubriendo aquí y allí otras estaciones sísmicas en las cuales se ve el mismo tipo de señal", recuerda Díaz.
Diaz decidió aprovechar esos registros sismícos accidentales de las campanas en una oportunidad de exploración científica con este estudio, que compila los datos adquiridos por cuatro sismómetros instalados en las inmediaciones de las iglesias de Riolos Kato Achaia (Grecia), Oriolo (Italia), Lunas (Francia) y Santa María de Montmagastrell (España). Con el procesado de esos datos, el investigador pudo establecer algunas de las características que definen y diferencian la forma en que cada uno de los campanarios da la hora a lo largo del día. Díaz identificó, por ejemplo, las franjas horarias durante las cuales suenan las campanas, ya que en el caso francés, griego y español estas no lo hacen durante la noche. El investigador determinó también el ritmo y separación que definen cada uno de los toques de campana de cada caso particular.
En Grecia, por ejemplo, además de ver que las campanas no suenan después de comer para respetar el descanso de los vecinos. En el caso francés, se preserva, según se puede ver en la señal, el toque del Ángelus que se realiza a las 7:00 (inicio de la jornada), a las 12:00 (hora de comer) y las 19:00 (final de la jornada). En el registro de Santa María de Montmagastrell se puede observar cómo se indican los 4 cuartos de cada hora.
En el caso del pueblo italiano de Oriolo, la señal registrada muestra que las campanadas horarias se dan sin interrupción durante el día y la noche. Además, cada cuarto de hora, se dan los toques de campana correspondientes a la hora anterior seguida por el toque correspondiente a los cuartos. En total, "768 campanadas al día, sin contar otros toques que se puedan realizar, como son las llamadas a misa o el toque de difuntos", indica Díaz.
"Los datos presentados en este trabajo pueden ser interesantes para saber más cosas sobre la relación entre las ondas acústicas y mecánicas”, explica Díaz.
El investigador destaca además, el uso potencial que este tipo de señales podrían tener en el campo de la sismología. "Se podrían utilizar estas señales, que se repiten regular y frecuentemente, para estudiar las posibles variaciones temporales de las propiedades del subsuelo de la zona, como ya se hace utilizando el ruido sísmico ambiental”.
Además, Díaz considera que este trabajo es una buena forma de despertar el interés del público por la sismología. “Creo que es una manera más de dar a conocer nuestro trabajo a gente que no está directamente interesada en las Ciencias de la Tierra, mostrando que los datos sísmicos se pueden aprovechar también para otros usos alejados de su ámbito de utilización habitual".
Artículo de referencia
Díaz, J. (2020). "Church Bells and Ground Motions". Journal of Seismology. DOI: https://doi.org/10.1007/s10950-020-09935-2