Una investigación halla insecticidas piretroides en delfines

Hasta ahora se pensaba que los mamíferos degradaban y expulsaban  estos compuestos en su totalidad | El estudio, liderado por el CSIC, revela que una porción de estos insecticidas se acumulan en el organismo | Las mayores concentraciones están en las crías de delfín, que no están  preparadas para metabolizar esos compuestos.

Barcelona. Que los delfines acumulen contaminantes, como cualquier otro organismo acuático, es esperable. Más sorprendente es, sin embargo, que acumulen piretroides, insecticidas de uso común en los hogares y en los campos agrícolas, ya que siempre se había asumido que estos compuestos se degradan en el organismo y se expulsan.

Esto es lo que ha descubierto un trabajo liderado por investigadores del grupo del Damià Barceló, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que se publica en la versión on-line de la revista Environment International.

El trabajo, que tiene como principal investigadora a Ethel Eljarrat, científica del CSIC en el Instituto de Diagnostico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA), ha analizado la acumulación de contaminantes en los delfines de Brasil. El estudio ha sido posible gracias a los habituales (y tristes) hallazgos de ejemplares de delfines muertos varados en las playas o atrapados en las redes de pesca. Para localizar estos ejemplares, hasta 23 en total, y recopilar las muestras han participado tres universidades de Brasil y la ONG Projecto BioPesca.

 

Un ejemplar de delfin.
 

Se metaboliza y degrada, pero no todo

Los resultados muestran concentraciones de piretroides en los delfines de 7,04 nanogramos por gramo de grasa en adultos y 68,4 nanogramos por gramo de grasa en crías. Los investigadores destacan la gran diferencia en las concentraciones de adultos y crías, y explican que las segundas los han recibido por transmisión materna.

Para confirmarlo, analizaron  muestras de leche materna y placentas de delfín. Los resultados, entre 2 y 4,7 nanogramos por gramo de grasa de piretroides en leche materna, y entre 331 y 1812 nanogramos por gramo de grasa en placenta, refuerzan la hipótesis.

“Es cierto que los piretroides se metabolizan y degradan”, explica Ethel Eljarrat, “pero este estudio demuestra que queda una parte que se acumula en el organismo”. Eso, unido al uso constante de piretroides en la agricultura y en los hogares, y a su dispersión en el entorno, hace que las concentraciones en el mar, por mínimas que sean, acaben llegando a los peces y a los delfines.

Además, en el caso de las crías, “nuestra hipótesis es que los delfines, cuando son pequeños, no están preparados para metabolizar esos compuestos y no es hasta que son adultos que su organismo empieza a degradarlos y expulsarlos. De esta manera, durante toda la etapa de desarrollo infantil y juvenil, el delfín acumula cantidades no despreciables de estos contaminantes“.

Estudios previos

Los resultados son similares a los hallados previamente en otros trabajos por el mismo grupo del CSIC. En el más reciente, publicado hace apenas unas semanas en la revista Environment International, los investigadores describen la presencia de piretroides en leche materna de mujeres de Brasil, Colombia y España, aunque siempre a niveles no preocupantes.

En otro trabajo previo realizado en el Delta del Ebro, los investigadores hallaron piretroides en muestras de agua y sedimento. Aquel trabajo revelaba que en junio, un mes después de haberse fumigado los arrozales, se podían hallar niveles de 85 nanogramos por litro de piretroides en el agua y de hasta 72 nanogramos por gramo en los sedimentos.  No obstante, tres meses después, entre septiembre y octubre, los niveles en el sedimento, que es donde se suelen quedar retenidos, habían descendido hasta niveles de menos de 3 nanogramos.  

Los piretroides se degradan al ser expuestos a la luz solar, y en el medio ambiente acaban por desaparecer. Pero, advierte la investigadora, como son ampliamente utilizados, están siempre presentes y se acaban acumulando, aunque sea sólo una parte.

“Creemos que es necesario hacer más estudios sobre estos compuestos”, dice Ethel Eljarrat. “Se sabe que pueden ser disruptores endocrinos, cancerígenos y neurotóxicos, pero no está demasiado claro. Como hasta ahora se asumía que estos compuestos se degradaban, nunca había preocupado en exceso su toxicidad en mamíferos ni se habían hecho suficientes estudios en este sentido”.

Los piretroides son insecticidas de uso común, presentes en productos como los dispositivos anti mosquitos, las fórmulas anti piojos o algunos insecticidas de uso hortícola. También se usan a mayor escala en algunos países, como Brasil, para el control de la malaria y el dengue.

 

Artículos de referencia:

Mariana B. Alonso, Maria Luisa Feo, Cayo Corcellas, Lara G. Vidal, Carolina P. Bertozzi, Juliana Marigo, Eduardo R. Secchi, Manuela Bassoi, Alexandre Azevedo, Paulo R. Dorneles, João Paulo M. Torres, José Lailson-Brito, Olaf Malm, Ethel Eljarrat, Damià Barceló Pyrethroids: A new threat to marine mammals? Environment International.
doi:10.1016/j.envint.2012.06.010

Trabajos  previos:

Cayo Corcellas, Maria Luisa Feo, Joao Paulo Torres, Olaf Malm, William Ocampo-Duque, Ethel Eljarrat, Damià Barceló. Pyrethroids in human breast milk: Occurrence and nursing daily intake estimation. Environment International. doi:10.1016/j.envint.2012.05.007

M.L. Feo, A. Ginebreda, E. Eljarrat, D. Barceló. Presence of pyrethroid pesticides in water and sediments of Ebro River Delta. Journal of Hydrology. doi:10.1016/j.jhydrol.2010.08.012